domingo, 21 de noviembre de 2010

La falsa integración.

La falsa integración

La vida de nueve alumnos discapacitados revela que la escuela tradicional no les sirve - La solución no es enseñarles aparte sino mejorar métodos y apoyos


-Lo que yo más recuerdo, el día que me dijeron que me tenía que ir a una clase de apoyo y ahí me encontré con los chavales esos.


Los estudiantes acaban prefiriendo clases externas con chicos como ellos

-Y eso, ¿con cuántos años fue?

-Con seis años, y eso, y yo lo que pasa que ahí me sentía útil, ya los profesores de apoyo me mandaban cosas, tareas iguales que ellos, que es con lo que yo me podía defender, y ahí me sentía útil, me sentía bien (...). Eso es como si tú coges a un futbolista y lo pones de buenas a primeras en el Manchester, por poner un ejemplo, y losmanagers del Manchester se llevan muy bien con él, pero ahí metido juega fatal, y ahora está el otro equipo, el Recreativo de Huelva (...) y ahí juega muy bien y esto y lo otro, es donde se siente bien jugando, en el equipo inferior porque ahí se ve importante.

Esta es parte de la historia de Sergio, un chico con discapacidad que aparece en un estudio de la profesora de la Universidad de Sevilla Anabel Moriña. Junto a la de Sergio, las experiencias escolares de otros ocho chicos y chicas con discapacidad (intelectual, del habla, de audición, de visión y de movimiento) llevan a la docente a advertir de que la integración de estos alumnos en las clases ordinarias no funciona si el único esfuerzo que se hace es reunirlos en una misma aula con el resto de compañeros.

Pero sin un apoyo adicional, dice el artículo titulado Vulnerables al silencio. Historias escolares de jóvenes con discapacidad y publicado en el último número de la Revista de Educación, se van a sentir más cómodos en clases o centros para chicos con su misma discapacidad, porque acaban siendo los menos traumáticos y hostiles. Ahí se sentirán más integrados, pero será una falsa integración. "Aunque estos centros sean para ellos los más integradores, no dejan de ser especiales y segregadores, es decir, son falsos contextos integradores. En este sentido, la educación tradicional tiene que cambiar. Es necesario revisar y mejorar las prácticas para hacer de estas aulas lugares en los que todos los jóvenes se encuentren seguros, acogidos y formen parte de una verdadera comunidad social y académica", concluye el artículo.

Lo más traumático para los chicos discapacitados en las clases ordinarias es, sin duda, la relación con los compañeros. La siguiente es parte de la historia de Desiré:

-Me trataban fatal. Los compañeros no se querían poner al lado mío (sic) nunca.

-¿Y por qué te lo hacían?

-No sé, me verían cara de mongolita o algo... No se querían poner al lado mío (...) me miraban con mala cara.

Así, las buenas relaciones de amistad y socialización les llegan en clases de apoyo o de educación especial. Cuenta Sergio:

-Y en el recreo, ¿con quién te ibas?

-Con los de apoyo.

-¿Con los de apoyo siempre? ¿Por qué?

-Porque yo me sentía ya igual que ellos.

Una parte de la investigación se hizo a base de entrevistas con los nueve jóvenes, que en el momento del estudio (realizado entre 2004 y 2007 dentro de un proyecto titulado La construcción del proceso de exclusión social en jóvenes) tenían entre 18 y 25 años. El texto advierte de que su finalidad "no es generalizar sobre las opiniones y percepciones expresadas por estos jóvenes", sino "identificar aquellas barreras y ayudas que ellos" han vivido en la escuela.

Y una parte de las barreras estaba en la falta de apoyo de los profesores. Relata Blanca:

-Por ejemplo, la profesora de lenguaje que nos daba todo por escrito y todo eso... y yo le decía que escribiera más despacio en la pizarra, y ella decía que no podía perder tanto tiempo. (...) Y si me paraba me reñía, así que tenía que pedir los apuntes a mis compañeros.

Para Blanca, la ayuda tampoco fue en ocasiones adecuada ni siquiera en las clases de apoyo:

-Yo le pedía a la logopeda que me ayudase a redactar y a resumir, y ella me decía "mira, eso a mí no me corresponde; a mí lo que me corresponde es las fotocopias que te doy (...)".

Así, resume el texto: "Las historias de esta investigación hablan de la limitada contribución de este colectivo [los profesores] a la inclusión social y académica de estos jóvenes, ya fuera por la pasividad ante sus necesidades educativas y sociales (como la ausencia de actividades educativas para determinado alumnado, inflexibilidad ante cambios metodológicos, ignorancia o permisividad ante insultos y humillaciones recibidas por sus compañeros y compañeras, etcétera) como por una excesiva atención, no demandada". Es decir, o se pasaban o no llegaban.

Por supuesto, se trata de una atención extremadamente complicada, sobre todo si hay que compaginarla con infinitos niveles de aptitudes y capacidades que se pueden encontrar en cualquier clase. Y aun así, por supuesto, siempre hay buenos docentes:

-Valoro los profesores que me han tocado buenos, porque han estado encima mío (sic)apoyándome, diciéndome "siéntate en la primera fila para yo explicarte mejor las cosas" (...). Recuerdo de ellos la paciencia conmigo. (Historia de vida de Sergio).

-O sea, decían, por ejemplo, "hay que estudiarse esta lección", y venían a ayudarme a estudiarla, a ponerme más facilidades para aprenderlo. (Historia de vida de Luisa).

Pero al final, por mucho que haya profesores buenos, lo que parece evidente es que el sistema no consigue sacar adelante a la mayoría. Se percibe con claridad entre los chavales de la muestra: de los nueve, solo dos consiguieron el título de ESO, y, de estos, solo una ha llegado a la universidad. Pero también dicen algo parecido las estadísticas generales. Es decir, que la mayoría de los discapacitados se van quedando en la cuneta a medida que cumplen años: en Primaria, los alumnos con discapacidad son el 2,3% del alumnado; en la ESO, el 1,9%, y en Bachillerato y Formación Profesional, el 0,1% y el 0,2%, respectivamente, según los datos del Ministerio de Educación.



Visto en El País

lunes, 1 de noviembre de 2010

Leopoldo Abadía (Zaragoza, 1933) es un profesor y escritor español conocido por su análisis de la crisis económica actual Leopoldo Abadía (autor de " La crisis Ninja ") dice en su artículo:

Me escribe un amigo diciendo que está muy preocupado por el futuro de sus nietos. Que no sabe qué hacer: si dejarles herencia para que estudien o gastarse el dinero con su mujer y que "Dios les coja confesados". Lo de que Dios les coja confesados es un buen deseo, pero me parece que no tiene que ver con su preocupación. En muchas de mis conferencias, se levantaba una señora (esto es pregunta de señoras) y decía esa frase que me a mí me hace tanta gracia: "qué mundo les vamos a dejar a nuestros hijos?" Ahora, como me ven mayor y ven que mis hijos ya están crecidos y que se manejan bien por el mundo, me suelen decir "qué mundo les vamos a dejar a nuestros nietos?"Yo suelo tener una contestación, de la que cada vez estoy más convencido: "y a mí, qué me importa?!" Quizá suena un poco mal, pero es que, realmente, me importa muy poco.Yo era hijo único. Ahora, cuando me reuno con los otros 64 miembros de mi familia directa, pienso lo que dirían mis padres, si me vieran, porque de 1 a 65 hay mucha gente. Por lo menos, 64. Mis padres fueron un modelo para mí. Se preocuparon mucho por mis cosas, me animaron a estudiar fuera de casa (cosa fundamental, de la que hablaré otro día, que te ayuda a quitarte la boina y a descubrir que hay otros mundos fuera de tu pueblo, de tu calle y de tu piso), se volcaron para que fuera feliz. Y me exigieron mucho.

Pero qué mundo me dejaron? Pues mirad, me dejaron:

1. La guerra civil española

2. La segunda guerra mundial

3. Las dos bombas atómicas

4. Corea

5. Vietnam

6. Los Balcanes

7. Afganistán

8. Irak

9. Internet

10. La globalización

Y no sigo, porque ésta es la lista que me ha salido de un tirón, sin pensar. Si pienso un poco, escribo un libro. Vosotros creéis que mis padres pensaban en el mundo que me iban a dejar? Si no se lo podían imaginar!

Lo que sí hicieron fue algo que nunca les agradeceré bastante: intentar darme una muy buena formación. Si no la adquirí, fue culpa mía.Eso es lo que yo quiero dejar a mis hijos, porque si me pongo a pensar en lo que va a pasar en el futuro, me entrará la depre y además, no servirá para nada, porque no les ayudaré en lo más mínimo.

A mí me gustaría que mis hijos y los hijos de ese señor que me ha escrito y los tuyos y los de los demás, fuesen gente responsable, sana, de mirada limpia, honrados, no murmuradores, sinceros, leales. Lo que por ahí se llama "buena gente".

Porque si son buena gente harán un mundo bueno.Por tanto, menos preocuparse por los hijos y más darles una buena formación: que sepan distinguir el bien del mal, que no digan que todo vale, que piensen en los demás, que sean generosos. . . .

En estos puntos suspensivos podéis poner todas las cosas buenas que se os ocurran.

Al acabar una conferencia la semana pasada, se me acercó una señora joven con dos hijos pequeños. Como también aquel día me habían preguntado lo del mundo que les vamos a dejar a nuestros hijos, ella me dijo que le preocupaba mucho qué hijos íbamos a dejar a este mundo.

A la señora joven le sobraba sabiduría, y me hizo pensar.

Y volví a darme cuenta de la importancia de los padres. Porque es fácil eso de pensar en el mundo, en el futuro, en lo mal que está todo, pero mientras los padres no se den cuenta de que los hijos son cosa suya y de que si salen bien, la responsabilidad es un 97% suya y si salen mal, también, no arreglaremos las cosas.Y el Gobierno y las Autonomías se agotarán haciendo Planes de Educación, quitando la asignatura de Filosofía y volviéndola a poner, añadiendo la asignatura de Historia de mi pueblo (por aquello de pensar en grande) o quitándola, diciendo que hay que saber inglés y todas estas cosas.

Pero lo fundamental es lo otro:los padres.

Ya sé que todos tienen mucho trabajo, que las cosas ya no son como antes, que el padre y la madre llegan cansados a casa, que mientras llegan, los hijos ven la tele basura, que lo de la libertad es lo que se lleva, que la autoridad de los padres es cosa del siglo pasado.

Lo sé todo. TODO. Pero no vaya a ser que como lo sabemos todo, no hagamos NADA.

Leopoldo Abadía

P.D.

1. No he hablado de los nietos, porque para eso tienen a sus padres.

2. Yo, con mis nietos, a merendar y a decir tonterías y a reírnos, y a contarles las notas que sacaba su padre cuando era pequeño.

3. Y así, además de divertirme, quizá también ayudo a formarles.

Me lo han enviado por email y me ha gustado :)

La escuela concertada

La escuela concertada cumple desvirtuada 25 años

Los centros públicos asumen el 90% de los inmigrantes. La gratuidad de los concertados es incompleta. Los creadores del sistema, por una ley socialista, admiten su actual distorsión

DIEGO BARCALA MADRID 31/10/2010 09:00 Actualizado: 31/10/2010 18:53


En Sanchinarro, un barrio nuevo de Madrid, Aguirre ha creado un colegio público y cuatro concertados. - Á. Navarrete

En Sanchinarro, un barrio nuevo de Madrid, Aguirre ha creado un colegio público y cuatro concertados. - Á. Navarrete

Un complemento obligatorio de formación para el alumno. Un caro seguro médico. Un ideario católico incompatible con una educación laica... Las posibilidades de un colegio concertado para excluir a los inmigrantes son muchas. 25 años después de que el PSOE aprobara la ley que implantó la doble red, de concertados y públicos sostenida por el Estado para universalizar la educación básica, sus ideólogos admiten que el sistema está "desvirtuado".

Las estadísticas de escolarización demuestran que un 90% de los alumnos con necesidades especiales son asumidos por los centros públicos. "Pese a los criterios de cercanía del domicilio o de presencia de hermanos en el centro, hay que admitir que el sistema se ha distorsionado", asumió la pasada semana Alfredo Pérez Rubalcaba, que entró como alto cargo en 1982 en el Ministerio de Educación y salió en 1993 como ministro.

Hay comunidades que abusan de los conciertos para vetar a los alumnos

"A los pocos días de entrar en el Ministerio de Educación, recibimos la visita de los obispos, que nos trajeron impresos en un papel sepia muy característico los decretos que teníamos que firmar y publicar en el Boletín Oficial del Estado. Así se gestionaba la educación en España en 1982", recuerda el ex ministro de Educación socialista José María Maravall. La anécdota explica el papel que hasta la llegada de Felipe González al poder tenía la Iglesia en la educación. Esa presión fue decisiva en la negociación de la LODE (Ley Orgánica del Derecho a la Educación) aprobada en octubre de 1985.

La ley inventó los colegios concertados para controlar las subvenciones que hasta entonces recibían los colegios privados y para completar una escuela pública que necesitaba crecer por encima de las posibilidades presupuestarias. "En ese momento era impensable que fueran a llegar tantos inmigrantes, pero se intentó que no fuera la escuela pública la que asumiera a la población marginal", analiza el ex diputado del PSOE y presidente de la Fundación Cives, Victorino Mayoral. "Se creó un millón de centros. Hoy en día es fácil ver cómo se parecen los colegios e institutos. Son todos iguales porque se crearon a la vez. Eso también es LODE", recuerda Rubalcaba.

El desmadre del sistema de conciertos tiene su punto de partida hace una década, cuando las competencias educativas fueron transferidas a las comunidades autónomas. La política educativa de Madrid aparece como ejemplo negativo en la izquierda política y los sindicatos pero también en Escuelas Católicas, la agrupación mayoritaria de colegios religiosos concertados. "Detrás de los nuevos centros hay empresas sin experiencia educativa. Es ahí donde hay que mirar con lupa que no se cobre a las familias", explica el asesor jurídico de Escuelas Católicas, Luis Centeno.

"Quien quiera una educación que no sea laica, que se la pague", exige IU

La estrategia neoliberal de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre (PP), es palpable en los nuevos barrios. En Sanchinarro, al norte de la capital y con 20.000 vecinos, el primer colegio público, el Adolfo Suárez, fue inaugurado en 2007, pero a su alrededor ya hay cuatro centros concertados. Para el presente curso se ha dado un concierto a la entidad ultraconservadora CEU. "Exigimos más equipamientos. Este es un barrio donde no hay inmigrantes, pero la oferta pública es muy poca", denuncia la presidenta de la Asociación de Vecinos de Sanchinarro, Pilar San Román.

Como si fuera ganado

"En ningún sitio como en Madrid se ha cedido tanto suelo para concertados. Eso es subvencionar con dinero público un negocio", critica la portavoz del área de Educación de IU, Dolores Dolz. "No estoy de acuerdo en repartir a los inmigrantes como si fueran ganado. A veces es inevitable que vayan todos al centro del barrio donde viven. Lo que hay que hacer es dotar con más recursos a esos colegios", añade.

En Europa, Bélgica es el único país que también admite este sistema de financiación de centros privados, pero a cambio desarrolla un férreo control de los contenidos académicos, informa Daniel Basteiro. La legislación nacional exige la no discriminación por motivos de raza, orientación sexual o religión.

En España, Escuelas Católicas descarta el conflicto de la integración. "Hay mucha demagogia con los inmigrantes. Si la proximidad es determinante para tener una plaza es inevitable que vayan al mismo centro", señala Centeno. Él tampoco comparte que el papel de los concertados sea el de complemento de la pública: "La Constitución establece la libertad de elegir la educación religiosa. La concertada no va a desaparecer porque hay que dar esa oferta a las familias". "El que quiera una educación diferente a la laica, que se lo pague", responde Dolz.

La libertad de enseñanza es precisamente el argumento que utiliza Madrid para multiplicar la oferta religiosa. De hecho, el establecimiento por ley de la libertad de elección de centro, fue su principal reclamación en el fallido pacto de Estado por la educación. Ese derecho es usado incluso para concertar centros privados que separan a los alumnos por su sexo. "Mientras haya familias que lo demanden hay que ofrecerlo", razona Lucía Figar, consejera de Educación de Esperanza Aguirre.


Visto en Diario Público

El ajuste británico

Cameron mutila el Estado de bienestar

El Gobierno de conservadores y liberales eliminará medio millón de empleos en el sector público - El presupuesto de los ministerios se reduce un 19% de media

WALTER OPPENHEIMER - Londres - 21/10/2010

¿Política económica o simplemente política, política en estado puro? O quizás solo una apuesta, como denunciaron ayer los laboristas pero como parecen pensar también algunos analistas no necesariamente muy alejados de la ideología conservadora. Sea por lo que sea, el Partido Conservador británico dio ayer cuerpo al mayor recorte del gasto público que se recuerda en Reino Unido desde la II Guerra Mundial, al mayor ajuste del Estado del bienestar jamás acordado en un solo día por un Gobierno británico. Y, aunque la motivación oficial es económica, puede acabar marcando políticamente la legislatura que acaba de empezar.

"Hoy Gran Bretaña da un paso atrás al borde del abismo", dice Osborne

Lo que no se sabe aún es en qué sentido la va a marcar. Lo que sí se sabe es que casi medio millón de trabajadores del sector público van a perder su empleo. Que el Estado de bienestar británico va a verse reducido en más de 19.000 millones de libras al año (21.600 millones de euros). Que las tasas universitarias se van a multiplicar. Que los ejércitos británicos van a perder efectivos humanos y materiales. Que conseguir una vivienda social va a ser mucho más caro. Que hombres y mujeres van a tener que trabajar hasta los 66 años antes de poder cobrar una pensión pública.

Se sabe también que los departamentos ministeriales van a ver reducido el gasto corriente en un 19% en los próximos cuatro años. Algunos, como el Foreign Office, casi una cuarta parte. Otros, como Educación o Sanidad, se van a ver afectados mucho menos porque los conservadores se comprometieron a respetar esas partidas para conseguir el apoyo de los británicos en las pasadas elecciones.

El canciller del Exchequer y responsable del Tesoro, George Osborne, adoptó ayer tonos dramáticos al presentar el ajuste en la Cámara de los Comunes. "Hoy es el día en que Gran Bretaña da un paso atrás al borde del abismo", dijo. "Abordar el déficit presupuestario es inevitable. Renunciar ahora a eso y abandonar nuestros planes sería un camino a la ruina económica", añadió. "Tenemos la peor herencia económica de la historia", dramatizó. "Tenemos que tomar decisiones duras para asegurarnos de que la catástrofe económica de los anteriores Gobiernos no se repita", insistió.

Argumentos, en realidad, más políticos que económicos. Nadie en Reino Unido discute que hay que reducir el déficit público. Ni siquiera los laboristas. El debate, hace meses pero todavía ahora, es hasta dónde tiene que llegar la tijera en un momento en que la recuperación económica es todavía frágil. "El canciller nos presenta una vez más su propuesta de recortar los déficits fiscales y de reducir la presencia del gasto público en el PIB como algo inevitable. En realidad, no es así. No era necesario concentrarse tanto en el ajuste o el gasto. Eso era una opción. Yo podría estar en general de acuerdo con eso. Pero es tanto una decisión política como una necesidad económica", escribía ayer mismo Martin Wolf, legendario comentarista del Financial Times y nada sospechoso de izquierdismo.

Wolf va aún más allá y enfatiza que, aunque Osborne tenía razón al subrayar ayer que los tipos de interés de las emisiones de deuda británica se han reducido desde que los conservadores están en el poder, el diferencial con la deuda de Estados Unidos a 10 años ha crecido desde entonces "a pesar de que Estados Unidos no tiene una política de consolidación fiscal y Reino Unido sí".

El comentario de Martin Wolf tiene interés no solo porque procede de un analista pro-mercado sin especial simpatía por el Partido Laborista, sino porque enfatiza el hecho crucial de que en realidad el empeño del Gobierno británico por un ajuste tan brutal, que quiere eliminar el déficit público estructural en cuatro años y dejar en el 3% en ese periodo un déficit que ahora supera el 11% del PIB es, sobre todo, una apuesta. Una apuesta económica, pero también una apuesta política.

Si la economía británica crece con rapidez a pesar de la retirada de los estímulos públicos, el sector privado absorbe la pérdida de empleos en el sector público y los ingresos de Hacienda mejoran hasta el punto de permitir a la coalición suavizar el ajuste con unas cuantas golosinas fiscales de cara a las próximas elecciones, George Osborne habrá ganado esa apuesta y será coronado como un genio de las finanzas y, sobre todo, de la política.

Pero si ocurre lo contrario, si la situación económica empeora, el paro aumenta, el descontento social se extiende y el Gobierno se convierte en chivo expiatorio de una crisis que la opinión pública tiende a poner en el debe de los banqueros pero también del Partido Laborista, Osborne habrá perdido su apuesta, el primer ministro David Cameron verá peligrar su cada vez menos revolucionaria revolución conservadora y los liberales-demócratas se verán atrapados entre la espada de un socio de Gobierno al que no aman y una pared que puede acabar aplastando su futuro político.

El de ayer en los Comunes era aparentemente un ejercicio económico, una batalla entre quienes creen que de estas crisis se sale reduciendo el gasto público y quienes piensan que ese fue el gran error de los años treinta. En realidad, todo era pura política.

Visto en El País

domingo, 5 de septiembre de 2010

Comic

'Marica tú', viñetas de decepciones amorosas y citas a través de Internet

La novela gráfica 'Marica tú', de Julián Almazán y Alfonso Casas, expone los pequeños dramas sentimentales que vive el colectivo homosexual del siglo XXI a través de viñetas cargadas de decepciones amorosas y citas a través de Internet.

Viñeta de la obra.

Viñeta de la obra.

"Es un libro que habla a todo aquel que, independientemente de su estado civil u orientación sexual, se haya dado cuenta de que conseguir o mantener una pareja es cada vez más complicado", explica Julián Almazán, guionista de la historia.

'Marica tú' (Glénat) relata la historia de Julián -personaje inspirado en la vida del propio Julián Almazán-, un gay deprimido después de que su pareja, Carlos, lo abandone para mudarse a otra ciudad y que ahoga su tristeza ligando a través de internet.

"Se me pidió que imprimiera un tono triste a la historia, y en algunos momentos así lo hice, aunque no tuve más remedio que meter también mucho humor ya que, por encima de todo, quería transmitir la idea de que tener pareja no es la solución a nuestros problemas", afirma Almazán añadiendo que "¡no pasa nada por estar soltero!".

La novela gráfica, que repasa la vida sentimental de Julián durante varios años después de la ruptura, aborda para el autor una de las "muchas realidades homosexuales", siendo también el personaje un "cliché" en sí mismo.

"Quizás no es el tipo de homosexual que se le viene a la gente que desconoce este mundillo -aclara-, pero representa a un amplio grupo. No todos los maricas se pasan el día en el gimnasio ni se visten con las mejores marcas ni se van de vacaciones a Ibiza".

A través un dibujo que se mueve entre el realismo y la sencillez del trazo, Alfonso Casas da vida a las viñetas a la historia, una labor para la que utilizó su propio "estilo", que aunque "no está muy definido" es el que ha acabado "asimilando" como propio.

"Para mí ha sido duro enfrentarme a un proyecto tan largo y, sobre todo, con una idea que no era mía; estoy acostumbrado a dibujar mis propias historias a través de mis ilustraciones, y por eso plasmar las ideas de otro supuso un reto para mí", ha asegurado el ilustrador.

Uno de los aspectos destacables a nivel visual es el uso del color. 'Marica tú' comienza sus páginas con viñetas a color, que se mantienen mientras el protagonista está enamorado, una coloración que comienza a perderse cuando Julián y Carlos tienen la conversación en la que Carlos anuncia que se muda.

"Decidí usar 'bitono' durante la conversación -en la que los personajes aparecen dibujados en blanco y negro sobre un escenario coloreado- para pasar al blanco y negro del resto de la historia. Pensé que sería un efecto muy sutil pero que aportaría algo de mi visión al relato", aclara Casas.

Eufemismo

Otro aspecto destacable en la historia es la fuerte reivindicación de la palabra "maricón" en lugar de gay, una preferencia que Julián Almazán considera "personal" y que se debe al uso que los heterosexuales hacen de gay "como un eufemismo".

"Cuando nosotros nos denominados como gays parece que nos estamos clasificando como algo superior. No hay que tener miedo a las palabras porque no hacen daño, hace daño la intención con la que se dicen", señala.

Con un estilo desenfadado y fácil, 'Marica tú' está en la línea de literatura femenina como 'El diario de Bridget Jones' (Helen Fielding) o series de televisión como 'Sexo en Nueva York' aunque, para Almazán, la principal diferencia es que su historia huye del "victimismo" y de la "apología" a la dependencia emocional.

Visto en El mundo

Cartón

El futuro de los libros también es de cartón

Las portadas de los libros cartoneros. | Sara López Villanueva

Las portadas de los libros cartoneros. | Sara López Villanueva

Mientras teóricos del mundo editorial se 'agarran' al debate sobre el libro electrónico como opción de futuro, David Giménez cambia esta mirada con Cartonerita niñabonita, una editorial que se centra en lapublicación de libros cartoneros, una técnica muy extendida en Sudamérica.

Este editor recibió hace años uno de estos libros de regalo, investigó y descubrió que en Argentina una editorial formada por intelectuales. El sello Eloísa cartonera, creado tras la crisis del 'corrralito' en 2003, fue el germen de otras muchas editoriales especializadas en libros de cartón, entre ellas la de Giménez, en Zaragoza.

"Aprendiendo el proceso me he vuelto de corazón cartonero", destaca. Pero no es la única en España. "Van surgiendo, pero de manos de hispanoamericanos que traen la idea", apunta.

Vista general de los libros. | Sara López

Vista general de los libros. | Sara López

El primer libro que editó en este curioso formato fue 'Vladimir & estragón' del poeta Grassa Toro e ilustrado por Isidro Ferrer. Se trataba de una apuesta personal, no de negocio. "Beneficios, ni uno", apunta, "pero no es cuestión de ganar ni perder, sino de hacer algo 'bonito'". Ganar dinero haciendo libros, explica, es difícil cuando los vende a cinco euros el volumen más gastos de envío.

Lo que persigue es "copiar a los argentinos, que son unos hachas de la creatividad, pero 'a lo pijo'", explica Giménez.

El proceso es sencillo pero, eso sí, manual. "Cada libro es único porque están hechos a mano". Como se realizan por encargo, se envía uno a la persona que ha realizado el pedido y, normalmente, se produceuna tirada de unos 50 libros. De momento, la distribución es a través de la página web aunque ya hay librerías españolas que se han interesado por este novedoso producto.

"Yo preparo los cartones que recojo de la basura y de las cajas de mi bar, destrozo las cajas y preparo las portadas". De las ilustraciones y la parte 'más creativa' se encargan dos chicas que trabajan con él y que "pintan lo que quieren". Aunque "en Argentina utilizan el ciclostil", un método de reproducción que le da un toque "más manual" al libro, Giménez realiza los interiores de Cartonerita niñabonita con fotocopias. "Con el ciclostil hay palabras que se ven borrosas", dandole un toque más artesano, señala.

De momento, Cartonerita Niñabonita tiene cuatro libros cartoneros en catálogo - 'Todo a cien', 'Sir_ope', 'Nosotros somos dios', 'Poemas de zapatos taciturnos' y 'Vladimir & estragon'- aunque está previsto que salgan durante otros cuatro más. "Lo bueno es que los libros pueden salir como hongos", explica el editor, que deja la puerta abierta a organizar algún 'encuentro cartonero' en España.

Visto en: El mundo

domingo, 28 de febrero de 2010

Miguel Hernández, en busca de la nulidad

REPORTAJE

Papeles para la inocencia del poeta

Seguidores de Miguel Hernández recaban pruebas para la nulidad de su pena

EZEQUIEL MOLTÓ - Alicante - 28/02/2010

La condena a muerte de Miguel Hernández, dictada por el régimen franquista, sigue vigente siete décadas después. El centenario del nacimiento del poeta más universal que dio Alicante se celebrará este año con este pesado lastre judicial. Salvo que el Tribunal Supremo admita un recurso de revisión y nulidad de la condena.

Noticia completa
. El País.

martes, 5 de enero de 2010

A los pedagogos del mundo

Carta a los reyes pedagogos

Pasó la época de darle al niño todo que pida; ahora hay que pedirle todo lo que pueda dar.

05/01/2010 FABRICIO Caivano

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Se anuncia un pacto sobre la educación tras 40 años de reformas educativas y decenios de renovaciones pedagógicas frustradas por las inercias políticas. Los diagnósticos del sistema no son buenos. Hemos llegado hasta el finis terrae de un capitalismo salvaje con su insana epidemia del tener más para ser más y sus burbujas de mediocridad y anemia moral. Y aquí estamos, bailando el narcótico vals de la prosperidad ilimitada a una ola del naufragio total; y la orden de atrás a toda máquina consiste en "cambiar el modelo productivo". Sería de agradecer que explicaran qué quieren decir con esa expresión, en qué cambiará la vida cotidiana y quién pagará los platos rotos. Como el alcalde de Villar del Río, el pueblo aquel que esperaba el milagro de Mister Marshall, nos deben una explicación y la explicación que nos deben van a tener que dárnosla. El tiempo se agota y la paciencia es una virtud que se erosiona con el hambre.

Pero esta coyuntura de crisis sistémica es una gran oportunidad para la educación. También ha explotado la burbuja formativa y hay que cambiar el modelo tradicional de enseñanza transmisiva. No se asusten: los cambios son tan de fondo que casi ni se han de notar en las formas.

Primer aviso: la educación sigue siendo un derecho, pero su ejercicio viene ahora cargado de nuevos deberes. El más urgente, y el más antiguo, es el de esforzarse cada uno en impulsar en su ámbito de acción educadora un cambio de hábitos y de mentalidad pedagógica. Es el fin de la larga era de la concepción bancaria (la expresión es de Paulo Freire) de una escuela que concentra, empaqueta y transmite, gradual y universalmente, contenidos, concede hipotecas cognitivas, expide certificaciones académicas y, al fin, coloca a cada hijo de vecino en el trabajo que le corresponde de por vida. Este cuento acabó mal: temporalidad, precariedad y un desperdicio de valor añadido generacional insostenible. La juventud, manipulada en sus deseos por un lento lavado de cerebro, digiere mal la ablación escolar de su impetuosa curiosidad y su deseo de saber; y no suele invertirlos mal: se atreve a saber, piensa y pasa de la papilla made in Google.

Decía Augusto Monterroso que en las bibliotecas pobres solo hay libros buenos. En las buenas escuelas solo debiera haber buenos maestros y múltiples cosas divertidamente serias que hacer con los demás. El maestro, el primer y el mejor ciudadano, punto ineludible y costoso. Habrá que acertar en elogiar la sabiduría profunda de lo que se toma por inútil a corto plazo; seleccionar contenidos sabiamente y, sin funcionalismos mercantiles miopes ni corporativismos minifundistas; volver a las pocas, cuatro o cinco a lo sumo, competencias básicas; y mezclarlas jubilosamente con las mil y una habilidades digitales y ágoras virtuales para las que nuestra infancia está predispuesta casi genéticamente. Y confiar en las buenas iniciativas de tanta gente honrada castrada por una burocracia premoderna. Para empezar: formación del profesorado, autonomía de los centros, responsabilidad social y evaluación pública de resultados.

El futuro empezó hace 2.010 años. Es hora de levantar la vista de la sordidez de lo diario y de mirar hacia adelante con esfuerzo y bajo la exigencia autorizada de los mejores maestros, sean maestros muertos --clásicos que nos hablan con su palabra intemporal-- o docentes vivos, maestros artesanos que, como exige Richard Sennet, estén forjados de profesionalidad y compromiso. Conciliación laboral y de responsabilidades educativas: familias sin tiempo que malcrían a sus hijos y exigen al docente que se lo fabrique a la medida de sus frustraciones; fin de los ausentes del querer y de los funcionarios del saber. Pasó la época de darle al niño todo lo que pida; ahora hay que pedirle todo lo que pueda dar. Y eso es mucho más de lo que suponemos, siempre que abonemos sus talentos y predisposiciones con la fertilidad inagotable de las viejas tecnologías del saber: la conversación, el pensamiento y la compasión. Saber mirar, escuchar, hablar y escribir; saber discriminar, razonar, disentir y asentir; hacer suyo el dolor y el placer de los otros. Añadamos una cosa más en esta ingenua carta a los reyes: el ciudadano de espíritu crítico. Entre todos lo matamos y el solito se murió: consumismo, publicidad, hipotecas de tiempo y atontamientos mediáticos.

Qué moralista y antiguo suena todo esto, ¿verdad? Y, sin embargo, qué poderosa carga de futuro conlleva, precisamente porque mira hacia atrás con reconocimiento y hacia delante sin ira. Poner rumbo a un sistema educativo lento y flexible, generoso y exigente con cada cual, capaz de hacer de cada escuela el centro del mundo entero y de su tiempo la medida exacta de la maduración íntegra de cada sujeto. Esa es la característica sustantiva de lo público: que, siendo de todos, cada uno lo hace suyo, lo siente como propio y lo defiende por lo que tiene de común. Lo público es lo global a escala reducida, y viceversa. Los reyes pedagogos vienen bien cargados; a ver qué hacemos ahora los ciudadanos del reino. Periodista



El Periódico de Aragón, 5 de enero de 2010

domingo, 3 de enero de 2010

El blog de Lluís Bassets

01 enero, 2010 - Lluís Bassets

La gran novedad que trae 2010

Los demógrafos han echado las cuentas. El año que hoy empieza nos traerá una modificación sustancial para la humanidad. Acabamos de salir de una larguísima etapa de la historia del planeta. Por primera vez habrá más habitantes en las ciudades que en el medio rural. Hace 60 años apenas un tercio de la humanidad vivía en ciudades, pero dentro de 40 años, en 2050, el 70 por ciento de los seres humanos serán urbanitas. En el siglo transcurrido desde 1950 la proporción campo/ciudad se habrá invertido y el momento crucial del cambio, en el que la población urbana superará a la rural, se producirá este año en el que acabamos de entrar.

Este dato no es anecdótico, sino que comporta muy serias consecuencias. En las próximas cuatro décadas la población mundial crecerá de los actuales 6.830 millones de habitantes hasta los 9.150 millones, una cantidad enorme que quedará estable a partir de aquella fecha. El mayor crecimiento se producirá en las ciudades de los países más pobres y con población más joven, donde serán colosales los déficits educativos, las dificultades de empleo o la falta infraestructuras e inversiones. Elemento central de esta evolución es que la religión de la mayor parte de esta población urbana y en gran parte desafortunada será el islam.

La urbanización del planeta irá acompañada de una brutal extensión de las clases medias, consumidoras y competitivas, a los países emergentes, un proceso que ya ha empezado pero que tomará dimensiones mucho mayores. Estas nuevas clases medias ‘pobres’ y en ascenso no vivirán, sin embargo, en unas condiciones urbanas mejores que las viejas clases medias europeas y norteamericanas, al contrario. Habitarán medios urbanos deteriorados o precarios y dotados de infraestructuras insuficientes y de mala calidad. Aunque mejorarán sustancialmente en riqueza y educación respecto a sus padres y abuelos, no lo harán en seguridad en estas ciudades donde proliferarán la delincuencia y el terrorismo. Sus jóvenes serán ellos mismos carne de cañón para el reclutamiento rápido, y fácilmente se verán involucradas en conflictos étnicos, enfrentamientos religiosos y políticos y tentados por movimiento populistas.

Junto a esta evolución en los países pobres y emergentes, la evolución demográfica y económica del mundo atlántico, Estados Unidos y sus aliados occidentales, será justamente la inversa. Su población representará sólo un 12 por ciento del conjunto mundial (en 2003 estaba alrededor del 17). Su participación en el PIB mundial, que alcanzó el 68 por ciento en 1950 y bajó hasta el 43 por ciento en 2003, será inferior al 30 por ciento en 2050. Si estos países quieren convertirse en una fortaleza frente a la inmigración, enfrentada culturalmente a quienes practican el islam, fácilmente podremos sacar negras conclusiones sobre lo que nos espera en los próximos años. De las ciudades caóticas e inmensas de los países emergentes pueden salir millares de lobos solitarios como el joven nigeriano Umar Farouk Abdulmutallab, dispuestos a convertir en una violencia ciega su resentimiento y su desorientación ante la vida.

(Enlace: estos datos y reflexiones vienen a cuento de la lectura de año nuevo que propongo a los lectores: La nueva bomba poblacional. Las cuatro grandes tendencias que cambiarán el mundo, artículo de Jack D. Goldstone en Foreign Affairs, con acceso de pago. Las tendencias en cuestión son: 1.- la pérdida de peso demográfico del mundo desarrollado con el correspondiente cambio de centro económico del planeta; 2.- el envejecimiento y declive de la fuerza de trabajo de los países desarrollados, con el correspondiente aumento de demanda de mano de obra inmigrante; 3.- la concentración del crecimiento en los países, pobres, jóvenes y musulmanes; y 4.- la urbanización masiva del planeta).

¿Quién manda en mi vida?

¿Quién manda en mi vida?

BORJA VILASECA 03/01/2010

Una enfermedad, un accidente, una ruptura, un despido, la muerte de un ser querido... Las desgracias pueden, paradójicamente, permitirnos madurar. Todo depende de cómo las veamos: como problemas o como oportunidades. Ésta es la primera entrega de una serie de tres reportajes sobre crecimiento personal.

Alex Rovira "La gratitud de estar vivo me mueve a servir a los demás"

41 años. Separado y con tres hijos. Escritor, conferenciante y psiconomista. El detonante de su fortalecimiento fue la muerte de uno de sus mejores amigos, lo que le llevó a padecer una depresión.

"A lo largo de mi vida he atravesado varias crisis. Una de las más importantes me sucedió a los 27 años, cuando un infarto se llevó a uno de mis mejores amigos. Su muerte me hundió en una depresión de la que salí sin pastillas. Aquel intenso sufrimiento me movió a investigar más profundamente acerca del alma humana. Y a escribir acerca de lo que sentía dentro de mí. Así fue como descubrí mi vocación literaria y mi pasión por servir a los demás haciendo lo que amo: compartir mi propia experiencia de transformación. Más adelante estuve a punto de perder a uno de mis hijos. Desde entonces me siento cada día agradecido de estar vivo. Ya no doy por sentado nada. En eso consiste vivir conscientemente: en valorar lo que tienes, aprovechar lo que te sucede y disfrutar de cada momento. Para mí, la vida es un regalo maravilloso, una oportunidad para aprender a ser feliz por mí mismo y aceptar y amar a los demás. Ése es el verdadero camino espiritual. Doy gracias a la adversidad y al sufrimiento porque me han permitido descubrir el sentido de la vida".

Ahora mismo, en este preciso momento, somos el resultado de las experiencias que hemos vivido a lo largo de nuestra vida. O más concretamente, de cómo las hemos interpretado y de la actitud que hemos tomado frente a ellas. Si bien la mayoría de acontecimientos que forman parte de nuestro día a día transcurren casi sin hacer ruido, hay algunos hechos que nos marcan para siempre y dejan una huella imborrable en nuestra mente y en nuestro corazón. Una larga enfermedad. Un accidente de tráfico. Ser despedidos del trabajo. La ruptura de una relación sentimental. La traición de un amigo. O como le sucedió a Alex Rovira, la muerte de un ser querido. Las peores experiencias, las más difíciles de afrontar, son precisamente las que más nos posibilitan evolucionar y madurar como seres humanos. Todo depende de cómo las veamos: como problemas con los que quejarnos y victimizarnos o como oportunidades de superación y aprendizaje.

Por eso se dice que no hay mejor maestro que la adversidad. Aunque suela vivirse como un proceso difícil, incómodo y doloroso, muchas personas reconocen que gracias a sus conflictos existenciales han conectado con una fortaleza interior que desconocían. Y no sólo eso. En ocasiones, la experiencia del sufrimiento y el malestar les ha llevado a replantearse por completo su vida; a cuestionarse sus creencias y sus valores, y a cambiar así su manera de ver y de relacionarse con el mundo.

Y lo cierto es que este enfoque más constructivo y optimista no tiene nada de nuevo. El mismo Alex Rovira reconoce que se trata de un mensaje universal que se repite desde hace miles de años. Sin embargo, los seres humanos tenemos un peculiar rasgo en común: tendemos a olvidar lo que deberíamos recordar y a ser víctimas y esclavos de esta negligencia.

Al menos hasta que nuestras circunstancias devienen insoportables. Sólo entonces nos atrevemos a reflexionar y a promover algún cambio en nuestra forma de afrontar la existencia.

Sharon Blynn "El cáncer

fue el maestro que me llevó

a amar la vida"

(A la derecha) 38 años. Soltera. Actriz, modelo, escritora y activista. Detonante de su fortalecimiento: un cáncer de ovarios.

"Trabajaba 15 horas al día. Y a pesar del estrés y del insomnio, creía que estaba perfectamente. Pero en realidad llevaba una vida muy desequilibrada. No me ocupaba de mi salud ni de mi bienestar. A los 28 años empecé a sentir dolores muy fuertes en el estómago. Pero los médicos no sabían qué me pasaba. Finalmente, me diagnosticaron un cáncer de ovarios bastante avanzado. Tenía un 30% de probabilidades de sobrevivir. Fueron tres años muy duros para mí, marcados por la cirugía y la quimioterapia. Gracias a la enfermedad comprendí que la paz interior es el indicador más fiable de que estoy viviendo de forma sana, equilibrada y sostenible. Y que no hay nada más importante que aprender a disfrutar del momento presente. El cáncer me llevó a redescubrir la vida. Me renovó espiritualmente, dándome fuerzas para hacer algo útil e inspirador. Desde entonces, por medio de la fundación La Calva es Bella�, me dedico en cuerpo y alma a servir a las mujeres que padecen esta enfermedad. También soy conferenciante del congreso �Lo que de verdad importa�, organizado por Además Proyectos Solidarios".

El primer movimiento filosófico que introdujo en Occidente la idea de "aprender de la adversidad" fue el estoicismo, cuyos orígenes se remontan al año 301 antes de Cristo. Por aquel entonces, las personas aquejadas por una dolorosa enfermedad como la de Sharon Blynn solían desplazarse hasta el corazón de Atenas para escuchar a Zenón de Citio, fundador de esta escuela de filosofía. Los historiadores coinciden en que fue uno de los primeros gurús especializados en desarrollo personal. Sus enseñanzas se centraban en dotar a las personas de recursos y herramientas para enfrentarse a sus conflictos y problemas. Y lo cierto es que la gente acudía en masa para escucharle y hacerle preguntas. Zenón de Citio solía explicar que la vida es una escuela y que los seres humanos somos estudiantes que hemos venido a ella a aprender. De ahí que sus charlas y discursos fueran esencialmente didácticos, compartiendo una serie de directrices muy prácticas para que sus seguidores mejoraran su competencia en el arte de vivir.

Según el estoicismo, los seres humanos debemos agradecer los infortunios que forman parte de nuestro destino, pues sólo así podemos desarrollar la virtud y la fortaleza. Para los estoicos, la vida no está gobernada por la suerte, el azar, ni las coincidencias. No creen en la casualidad, sino en la causalidad. Es decir, que todos los sucesos que componen nuestra existencia están regidos por la "ley de la causa y el efecto", por la que terminamos por recoger lo que sembramos, eliminando toda posibilidad de caer en las garras del inútil y peligroso victimismo. Eso sí, la recompensa de asumir dicha responsabilidad y de esforzarnos por cambiar de actitud es la ataraxia o imperturbabilidad interior frente a las circunstancias desfavorables. Esta sólida paz interior, que a día de hoy tan bien conoce Sharon Blynn, se consigue por medio del entrenamiento y la práctica diarios. De ahí que estos filósofos clásicos insistan en que la fuerza de voluntad sea un requisito indispensable para vencernos a nosotros mismos y conseguir los resultados de satisfacción deseados.

Víctor Gay Zaragoza "Conocerme a mí mismo me permitió vencer el miedo"

27 años. Soltero. Consultor de empresas y profesor de la Universidad de Barcelona. El detonante que le ayudó a fortalecerse fue una crisis existencial relacionada con el miedo.

"Vivía la vida sin plantearme en ningún momento quién era ni qué es lo que en realidad quería. Seguía el camino que otros habían decidido por mí. Y lo hacía por inercia y comodidad. Tenía miedo de no cumplir con las expectativas de los demás. A los 21 años decidí salir de mi burbuja. Me fui a vivir seis meses a Londres, donde sentí por primera vez la libertad para ser yo mismo. Sin embargo, al volver me encontré de nuevo secuestrado por mis circunstancias. Era esclavo de mis propios miedos e inseguridades. Mi profundo cambio interno comenzó a raíz de una serie de experiencias relacionadas con el voluntariado, el viajar solo y la meditación �vipassana�. El autoconocimiento me llevó a descubrir mis valores como ser humano. Conecté con la confianza de creer en mí mismo y el coraje de seguir mi propio camino en la vida. Mi mayor victoria fue vencerme a mí mismo y superar mis temores e inseguridades. Desde que sé quién soy intento inspirar a los demás a confiar en su fortaleza interior para ser libres de sus miedos y convertirse en quienes pueden llegar a ser".

Entre los principales exponentes del estoicismo destaca el filósofo Lucio Anneo Séneca (4 a. C - 65 d. C), uno de los autores preferidos de Víctor Gay Zaragoza. La fuerza que desprenden sus reflexiones se sustenta en que están inspiradas en su propia experiencia. Séneca estuvo siempre en contacto con el dolor, sobre todo debido al asma que padecía desde su infancia.

En su obra maestra, Tratados morales, Séneca le escribe una carta a su discípulo Lucilo sobre cómo encajar los golpes que nos da la vida: "Vivir siempre en la comodidad y pasar sin una pena en el alma es ignorar la otra mitad de la naturaleza. Afirmas ser un gran hombre, pero ¿cómo lo podré saber si la fortuna no te brinda la ocasión de mostrar tu virtud? Te juzgo desdichado por no haber sido nunca desdichado. Te has pasado la vida sin adversario: ni siquiera tú mismo sabrás nunca hasta dónde alcanzan tus fuerzas. La experiencia es necesaria para el conocimiento propio".

Si bien a corto plazo puede parecer una actitud masoquista, Séneca era consciente del enorme potencial que cada ser humano puede desarrollar dentro de sí mismo, estrechamente relacionado con su capacidad de crecer emocionalmente. De ahí que este filósofo sostuviera que "la adversidad es siempre una magnífica ocasión para descubrir y fortalecer nuestras virtudes", teniendo en cuenta que "cuanto mayor sea nuestro tormento (si aprendemos de ello), mayor será nuestra gloria". En la actualidad se habla de "actitud estoica" cuando alguien se toma las adversidades de la vida con entereza y aceptación.

Gloria Solé "He comprendido que la mejor defensa es no sentirse atacado"

46 años. Separada y con dos hijos. Responsable de unidad de una multinacional. El detonante de su fortalecimiento fue padecer ira crónica.

"Quería seguir mi propio camino en la vida, pero a la vez sentía que no podía defraudar a mi familia. Por dentro estaba dividida. Y esta confusión me convirtió en prisionera de mi reactividad y de mi agresividad. Poco a poco, la ira me fue devorando hasta que al final me hundí. Pero fue ese hundimiento el que me hizo reconectar con mi fortaleza. He estado muchos años luchando contra mí misma para demostrar que puedo con todo y más. Gracias a la adversidad he comprendido que no puedo cambiar ni controlar lo que me sucede. He tomado consciencia de que lo que sí depende de mí es aprender a modificar la interpretación que hago de los hechos en sí, tomando una actitud y una conducta más armoniosas y pacíficas. Al aceptar mi vulnerabilidad he conectado con mi paz interior. Ya no vivo a la defensiva. Por eso ya no me escondo siempre tras una coraza, dejando que aflore mi lado más tierno. Todavía me maravillo con el hondo afecto que me han regalado las personas de mi círculo más íntimo. Aprender a perdonarme a mí misma y a los demás me está liberando de ese peligroso veneno llamado rencor. Gracias a todo este proceso he descubierto que, independientemente de cómo sean nuestras circunstancias, todos tenemos el increíble poder de ser dueños y creadores de lo que experimentamos en nuestro interior".

Tanto el estoicismo en general como la obra de Séneca en particular han sido fuente de inspiración y admiración para ciudadanos de a pie como Gloria Solé. Y también para numerosos pensadores occidentales. De todos ellos, destaca el catedrático de Neurología y Psiquiatría de la Universidad de Viena, Viktor Frankl (1905 - 1997), a quien el destino le tenía reservada una experiencia infrahumana que marcaría para siempre el resto de su existencia.

En 1942, durante la invasión nazi liderada por Adolf Hitler, Frankl tuvo la posibilidad de emigrar a Estados Unidos con su mujer. Sin embargo, decidió quedarse para no dejar a sus padres, ya ancianos, a merced de las circunstancias. Y tan sólo unas semanas después, Frankl fue deportado junto al resto de su familia al campo de concentración de Theresienstadt.

Tras ser testigo de la muerte de su padre, y sin saber nada de su esposa y su madre, los soldados nazis le requisaron y rompieron el libro que contenía su larga y exhaustiva investigación profesional. Una vez destruida su obra, Frankl decidió ponerla en práctica, encarando aquella abrumadora experiencia con fortaleza y aceptación.

Finalmente, fue liberado el 27 de abril de 1945 por el ejército norteamericano. Había conseguido sobrevivir al Holocausto, pero en aquellos campos de exterminio fueron asesinados sus padres, su mujer y su hermano, entre otros millones de seres humanos. Al regresar a Viena, Frankl escribió su famoso libro El hombre en busca de sentido, en el que describe la vida de los prisioneros en un campo de concentración desde la perspectiva de una psiquiatra.

En esta obra autobiográfica, Frankl afirma que "incluso en las condiciones más extremas de deshumanización y sufrimiento, los seres humanos preservamos la capacidad de elegir la actitud con la que afrontamos nuestras circunstancias. Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: la última de las libertades humanas, �la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino� para decidir su propio camino. Y es precisamente esta libertad interior y espiritual la que nadie nos puede arrebatar, la que confiere a la existencia una intención y un sentido".

Gracias a Frankl hoy sabemos que "entre el estímulo externo y nuestra consiguiente reacción hay un espacio en el que podemos elegir dar la respuesta que más nos favorezca". De hecho, y como explica Gloria Solé, ese espacio es totalmente nuestro y es el fundamento de la responsabilidad existencial que podemos asumir de forma consciente. Se trata de nuestra libertad última para decidir en cada momento quiénes queremos ser y de qué manera deseamos tomarnos lo que nos sucede.

El concepto contemporáneo que ha tomado el relevo a las investigaciones de Frankl se denomina �resiliencia�. Y se define como "la capacidad de aprovechar circunstancias adversas para madurar emocionalmente". Es decir, que la resiliencia alude a la posibilidad de aprovechar según qué experiencias para conectar con nuestro espíritu de superación.

Entre las historias más inspiradoras que muestran la grandeza oculta en el interior de cada ser humano destaca la protagonizada por el jugador de rugby uruguayo Fernando Parrado. El 13 de octubre de 1972, con tan sólo 22 años, sobrevivió al accidente del vuelo 571 de la Fuerza Área Uruguaya que se estrelló en la cordillera de los Andes. De los 45 pasajeros, 12 murieron en la colisión y otros seis fallecieron a lo largo de la primera semana. Entre las víctimas se encontraban la madre y la hermana de Parrado. Los 27 supervivientes tuvieron que hacer frente a temperaturas de 35 grados bajo cero, guareciéndose en los restos del avión, que quedó partido por la mitad. Debido a la falta de comida no les quedó más remedio que alimentarse de la carne de sus compañeros fallecidos. Y ni siquiera esta terrible decisión les garantizaba su supervivencia: a través de un transmisor escucharon que habían abandonado la búsqueda. Y tan sólo 16 días después del accidente, otras ocho personas murieron como consecuencia de un alud, que enterró literalmente el avión debajo de la nieve.

A los 62 días todavía quedaban 16 personas con vida. La mayoría estaban desnutridos, decaídos y sin esperanza. En medio de aquel clima de agonía y desesperación, Parrado decidió que no iba a morir sentado. Estaba dispuesto a salir de aquel lugar por su propio pie. Junto con Roberto Canessa anduvo durante 10 días más de 70 kilómetros, atravesando picos helados de 6.000 metros de altura. Exhaustos y sin nada que comer, finalmente encontraron a un campesino chileno, que tuvo que cabalgar ocho horas para avisar a las autoridades más cercanas. Al día siguiente fueron en helicóptero a rescatar al resto de sus compañeros.

A día de hoy, Parrado es uno de los conferenciantes más demandados a nivel internacional. Y su libro Milagro en los Andes se ha convertido en un best seller. "Cuando escuché en la radio que no nos iban a rescatar decidí que yo no iba a quedarme allí, que si había que morir, moriría en el camino", explica Parrado. "Aquella experiencia me hizo tocar fondo. Perdí a mi madre, a mi hermana y a mis amigos. Pero también me enseñó una lección que nunca olvidaré: cualquier ser humano es capaz de soportar y superar su destino, sea el que sea. Nunca más en mi vida he vuelto a tener problemas. Desde entonces acepto la vida tal como me viene".

Jordi Muñoz "Todo

lo que necesito para ser feliz está dentro de mí"

31 años. Vive en pareja. �Coach� (entrenador) personal. Detonante de su fortalecimiento: la angustia existencial, que le llevó en un momento determinado al borde del suicidio.

"Vivía por y para los demás. Me dedicaba a cuidar y agradar a quienes me rodeaban, pensando que así me darían el afecto que yo no me estaba dando a mí mismo. Sin embargo, cada vez me sentía más angustiado y triste. A los 21 años sentí que mi vida era un laberinto sin salida. Estuve a punto de suicidarme. Pero no lo hice por respeto a mi familia. Me encerré en el baño de mi casa y estuve llorando tres horas sin parar. Allí toqué fondo. Y fue entonces cuando me dije a mí mismo que iba a salir de aquella situación. Hice terapia durante un año. Creo que fue lo primero que hacía por mí mismo. Me di cuenta de que el amigo que había estado buscando afuera se encontraba dentro: era yo mismo. Y esta revelación me llevó a aprender a aceptarme y quererme tal como soy. A día de hoy siento que me tengo a mí mismo y me siento lleno de alegría y amor. Y es precisamente esta dicha la que me mueve a acompañar a otras personas en el proceso de cambio y crecimiento interior. Estamos aquí para aprender".

Más allá de fortalecernos, experiencias como la de Jordi Muñoz pueden llegar a transformarnos por completo. Pero, ¿qué es exactamente lo que cambia cuando una persona cambia? Su paradigma. Se trata de un concepto introducido por el epistemólogo estadounidense Thomas Kuhn (1922-1996) en su influyente ensayo La estructura de las revoluciones científicas, en el que define la palabra �paradigma� como "modelo, teoría, percepción, supuesto o marco de referencia". Es decir, como la manera en la que se ve, se comprende y se actúa en el mundo. El cambio de paradigma suele vivirse como una profunda revelación, como si se produjera un clic en nuestra cabeza. Algunos psicólogos contemporáneos lo denominan "el despertar de la consciencia", pues nos permite vivir desde una nueva comprensión, recuperando el contacto con nuestra esencia humana, con las cosas que de verdad importan.

Entre otros filósofos que han ahondado en el estudio y la comprensión de qué es lo que despierta y engrandece el espíritu humano, destaca el colombiano Gerardo Schmedling (1946-2004), que a la edad de 22 años vivenció la muerte clínica, una experiencia que también fue determinante en el descubrimiento de su vocación profesional. Su gran aportación consistió en analizar los aspectos más intangibles de nuestra condición humana desde una perspectiva escéptica y científica.

A juicio de Schmedling, "debido a nuestra resistencia al cambio, sólo nos atrevemos a cuestionar nuestra manera de entender la vida cuando llegamos a una saturación de malestar". Tanto es así, que "el sufrimiento es el estilo más común de aprendizaje entre los seres humanos". Es la antesala de la denominada "crisis existencial", un proceso psicológico que "remueve los cimientos sobre los que se asientan nuestras creencias y nuestros valores, posibilitando la evolución de nuestro nivel de consciencia".

Así, "la función biológica del sufrimiento es hacernos sentir que nuestro sistema de creencias es ineficiente y, por tanto, está obstaculizando nuestra capacidad de vivir en plenitud". Según las conclusiones científicas de Schmedling, "la adversidad y el sufrimiento nos conectan con la necesidad de cambio y evolución". Es decir, "con la honestidad, la humildad y el coraje de ir más allá de las limitaciones con las que hemos sido condicionados por la sociedad para seguir nuestro propio camino en la vida".

Nora Isern "El sufrimiento me llevó

a conectarme con mi verdadera esencia"

35 años. Soltera. Psicóloga. Detonante de su fortalecimiento: sufrió un colapso en el cuello debido a la hipervelocidad, el cansancio y el estrés.

"A los 27 años hice realidad mi sueño: convertirme en directiva de recursos humanos de una gran empresa. Pero al conseguir aquella meta me sentí profundamente vacía. Me había convertido en una autómata que trabajaba sin cesar para obtener el reconocimiento de la sociedad. Un día, quemadísima por el estrés, se me desplomó literalmente la cabeza sobre los hombros. La medicina tradicional no supo darme respuestas ni soluciones. Me derrumbé psicológicamente. Fue entonces cuando encontré en las terapias alternativas y en el crecimiento personal mi sanación. Descubrí que llevaba años desconectada de mi corazón, de lo que verdaderamente sentía que quería hacer con mi vida. Y esto era algo que el dinero no podía arreglar. He aprendido a respetarme, siendo fiel y auténtica conmigo misma, más allá de los estereotipos y convenciones sociales. No hay nada más liberador que quitarse la máscara y ser uno mismo, viviendo conectado con tu verdadera esencia".

Entre otras grandes historias de cambio de creencias y valores, destaca la del soldado norteamericano Ron Kovic, nacido el 4 de julio de 1946, día en que Estados Unidos celebra la Declaración de la Independencia sobre Gran Bretaña. Kovic era un gran patriota: amaba tanto a su país, que no dudó en alistarse voluntariamente en el ejército para combatir en la guerra de Vietnam. Por aquel entonces no veía a los soldados del Vietcong como "seres humanos", sino como "enemigos comunistas".

Ya en el campo de batalla, Kovic reconoce haber sido testigo y protagonista del horror y la destrucción inherente a cualquier guerra. En sus memorias confiesa que, durante un combate, su pelotón asesinó por error a varias familias de campesinos vietnamitas, incluidos mujeres, ancianos y niños. Al parecer, sus casas de adobe estaban en la línea de fuego, y quedaron convertidas así en "daños colaterales". Ese mismo día, Kovic disparó también por error a un compañero suyo, a quien confundió con un soldado enemigo. Y aquella muerte fue el principio de un largo proceso de cambio y despertar. El punto de inflexión en la historia de su vida se produjo el 20 de enero de 1968. Con tan sólo 21 años, Kovic recibió un par de disparos y sufrió una grave lesión en la médula espinal que le dejó paralizado de cintura para abajo. Después de estar a punto de morir en un improvisado hospital y de pasar varios meses postrado sobre una cama, Kovic regresó en silla de ruedas a Estados Unidos, donde fue recibido por su comunidad como un héroe de guerra.

Sin embargo, en sus muchas y largas horas de silencio y soledad empezó a cuestionarse a sí mismo, reflexionó sobre las atrocidades que había cometido y, sobre todo, acerca de lo que le había empujado a hacerlas. Finalmente se deshizo de sus "creencias patriotas y religiosas" que tanto le habían condicionado para ir a la guerra y llegó a convertirse en uno de los pacifistas norteamericanos más reconocidos de este país.

Autor del libro autobiográfico Nacido el 4 de julio -llevado luego a la gran pantalla por el cineasta Oliver Stone-, Kovic cumplirá en unas semanas 41 años sentado sobre una silla de ruedas. "La cicatriz siempre estará ahí, es un recuerdo de lo que hice en aquella guerra", afirma este pacifista. "Pero también se ha convertido en algo hermoso, pues me inspira fe, esperanza y amor. La vida me ha dado la oportunidad de pasar a través de la noche oscura del alma a una nueva tierra, de obtener una visión y una compresión totalmente diferentes. A pesar del dolor y de la gran dificultad que me genera, la discapacidad física ha sido una bendición. He necesitado sufrir para empezar a comprometerme con la paz y con la no violencia".

En contraposición a estas historias inspiradoras, como la de Nora Isern, en las que sus protagonistas evolucionaron gracias a la experiencia de la adversidad, se sabe de muchos otros casos en los que no ocurre lo mismo. ¿Por qué hay personas que no aprenden del sufrimiento? ¿Qué es lo que les impide cambiar? En opinión del doctor en Psicología Manuel Almendro, "el mayor obstáculo es quedarse anclado en el papel de víctima". Este experto constata que "la mayoría de seres humanos viven enajenados de sí mismos, de su mundo interior". Por eso es tan común "el miedo a mirar hacia dentro", así como "la búsqueda de evasión con la que llenar el vacío existencial". Sin embargo, "se trata de una actitud insostenible, pues nadie puede huir eternamente de sí mismo". Si bien "la insatisfacción y el malestar son dos fenómenos generalizados, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) no ha realizado ningún estudio ni encuesta para tratar de cuantificar la calidad de vida interior de los españoles", constata este psicólogo clínico. "Tal vez sea un golpe demasiado duro reconocer estadísticamente que en general no sabemos cómo ser felices".

A pesar de no llevar una existencia plena, "para muchas personas todavía es superior el miedo al cambio que la necesidad de conectar con la confianza y el coraje que les permitirían salirse de su zona de comodidad", afirma. En este contexto psicológico, "la crisis existencial está convirtiéndose en un fenómeno emergente en el interior de cada vez más seres humanos". Almendro señala que "esta crisis no tiene nada que ver con la edad, la cultura ni la posición social". De hecho, "está latente en cualquier persona que no se sienta verdaderamente satisfecha con su existencia", concluye.

Nadie dijo que vivir fuera fácil. Seguramente nos queden muchas crisis por delante. Eso sí, cuando llegue la próxima podemos optar por vivirla como una oportunidad para comprometernos con nosotros mismos, convirtiéndonos en verdaderos responsables de nuestro proceso de evolución. Los verdaderos héroes no son los que salen en las películas, sino las personas que se han superado a sí mismas, fortaleciéndose a través de las experiencias adversas para encontrar la manera de crear una vida plena, constructiva y con sentido.

Imprescindibles

1. LIBRO. �El hombre en busca de sentido�, de Viktor Frankl (Herder). Este libro autobiográfico narra la experiencia que este psiquiatra austriaco vivió en los campos de concentración nazi. Y lo hace aportando no sólo sus experiencias personales, sino sus reflexiones de carácter psicológico, profundizando sobre la manera en la que aquellas condiciones infrahumanas afectaban a los prisioneros.

2. PELÍCULA. �Atrapado en el tiempo�, de Harold Ramis. En esta película, el actor Bill Murray interpreta a un egocéntrico hombre del tiempo que constantemente se queja y se victimiza porque las cosas no salen como a él le gustaría. A lo largo de un mismo día, que se repite una y otra vez, Murray vivirá todo tipo de experiencias, aprendiendo la sabiduría necesaria para vivir feliz y amar a los demás.


Visto en El País, 2 de enero de 2010